Cáncer de mama
Detección precoz y vivir armónicamente, armas fundamentales para evitarlo
Si bien los análisis estadísticos son una herramienta sumamente útil en la medicina, no podemos obviar las variaciones individuales. El científico español S.J. Gould, decía que “tras cada sentencia hay un ser humano”.
Todos como seres íntegros -física y espiritualmente- tratamos de cuidar nuestra salud brindando atención a diferentes partes del cuerpo. Las mujeres sentimos a los senos como una parte importante de la estética femenina, sin embargo, muchas veces no alcanzamos a intuir la dimensión de la trascendencia que tienen hasta que enfrentamos una enfermedad que amenaza su integridad. Así, se impone la tarea de informar y educar para el cuidado de la salud de las mamas, como parte de nuestro ser integral.
Al pensar en cáncer, surgen términos como emociones, estrés, trauma, dolor, miedo y uno comienza entonces a buscar razones o explicaciones. Yo hoy no hablo desde la experiencia médica ni desde la visión científica, sino desde la experiencia de vida de haber pasado recientemente un susto relacionado a este mal.
Luego de un par de años de reiteradas angustias, desaciertos emocionales, mezclas de culpa, temor y ansiedad; tras una situación de riesgo de perder a un hijo por un cáncer muy invasivo -del que se salvó-, y de preocuparme de más por cosas de la vida que al
hacer camino uno se da cuenta que se solucionan, apareció una formación tumoral en uno de mis pechos. ¡Flor de susto!.
El hallazgo temprano fue producto de uno de los controles periódicos a los que gracias a la insistencia de mi ginecólogo me someto. Ni bien me lo encontraron decidieron que era quirúrgico, y en un par de semanas estaba operada con el “bultito” fuera de mi cuerpo. Pasamos luego a la etapa de análisis y ¡resultó benigo!!.
¿Me preguntaba entonces, pueden el estrés, el miedo, la ansiedad de las situaciones difíciles de la vida favorecer el desarrollo de un Cáncer de Mama?.
A esta pregunta varios estudios científicos responden que sí. Así como también
apuntan a que ciertas personalidades como los melancólicos que suelen no expresar sus emociones las padecen más que los apasionados que suelen explotar con más facilidad y expresar sus sentimientos. Parece que quedarse con el dolor adentro tras una situación de estrés ya sea en lo laboral, familiar, ante alguna perdida y evitar el apoyo de los
seres queridos, nos pone en un riesgo mayor.
Por eso todos los estudios relacionados con el tema, sugieren tanto para evitar enfermedades como para curarse de ellas y vivir mejor, vale disfrutar del amor recibido, vivir plenamente el día a día, reírnos mucho, evitar desesperarnos por situaciones que “creemos podemos controlar o manejar” y descansar en la confianza, la serenidad, buscar la paz y la alegría en las cosas que nos gustan. Mantener la moral alta y controlar la ansiedad hacen que ciertas células integrantes del sistema inmune que nos defienden ante situaciones dañinas, se fortalezcan y actúen mejor.
Luego de la cirugía, me recomendaron hacer “vida normal” y no les hice caso, porque para mí hasta ese momento, la “vida normal” era correr de un lado al otro, vivir ansiosa, preocuparme de más por todo, sentirme la mujer maravilla, la que todo lo puede, todo lo soluciona. Vivía perseguida por la culpa de lo que “me faltó hacer hoy”, por no poder
ser “la madre/amiga/mujer perfecta” y por el temor de “no poder obtener las soluciones a mis problemas ya”. Entonces, tras la cirugía y con la total convicción de que deseo vivir mejor, empecé a cambiar ciertos hábitos.
Siempre hice ejercicio porque “se debe”, hoy hago el ejercicio que me hace feliz, a mi medida. Me alimento bien porque me gusta estar bien y se que es saludable. Duermo en paz, trato de no llevarme a la cama las preocupaciones del día, mañana será otro día y “puede ser un gran día”, ¿por qué no?. Disfruto de cada momento con mis seres queridos, no me esfuerzo de más, ya se que NO lo puedo todo.
No es mi intensión ponerme como ejemplo se nada, sólo quiero hoy compartir mi sentir.
En, fin, creo que se trata de hacer que “vida normal”, se convierta también en una vida feliz.
“La detección precoz a fin de mejorar el pronóstico y la supervivencia de los casos de cáncer de mama sigue siendo la piedra angular de la lucha contra este cáncer”. Es bueno recordar que el cáncer de mama se puede prevenir con los controles adecuados, por eso hay que quererse, cuidarse y ser feliz.
Myriam R. Laconi

