sábado, octubre 18, 2025
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Vecinos de calle Malvinas reclaman por el nuevo colector aluvional

 Obra pública conflictiva

Vecinos de calle Malvinas reclaman por el nuevo colector aluvional

La preocupación se respira a lo largo de la calle Malvinas. Alli desemboca un nuevo desagüe pluvioaluvional en construcción que, según los vecinos, amenaza con transformar la zona en un cauce abierto de agua, barro y basura.

 

Por Adriana Sayavedra

 

“Esto va a traer mugre, palos, botellas, todo lo que arrastre el agua. Vamos a vivir con la calle sucia permanente”, advierte un frentista que sigue de cerca la obra. El conducto, de 2,5 kilómetros de extensión, concentra el desagüe de la Ruta Panamericana y lo canaliza hacia Malvinas, una calle que históricamente funcionó como calle canal.

Los vecinos aseguran que el problema es doble: por un lado, la calle ya recibe grandes volúmenes de agua en cada lluvia; por otro, la obra eleva el riesgo de anegamientos porque muchas viviendas quedaron a nivel de la calzada. “Cuando caen 20 o 30 milímetros, el agua corre de cordón a cordón y se nos mete en las casas. Ahora con este colector, va a ser mucho peor”, relató otro habitante de la zona.

El malestar crece porque, según explican, el proyecto original establecía un trazado por calle Orsini, con los caños soterrados y estudios ambientales y técnicos aprobados. “En el expediente todo figuraba en orden, incluso la evaluación de impacto ambiental. Pero de repente cambiaron la traza sin autorización ni aviso previo a los nuevos vecinos afectados y nadie nos explica el porqué de este cambio de planes”, denuncian. Este nuevo e imprevisto trazado “está flojito de papeles”, cuenta uno de los damnificados ante la ausencia de estudios técnicos sobre la variación de la obra hasta Malvinas.

A esta incertidumbre se suma un posible riesgo grave: en la zona hacia el oeste de Darragueira, por donde pasa el colector, algunos vecinos aseguran haber visto conexiones clandestinas de cloacas. “Si eso es cierto, no vamos a tener solo agua de lluvia, vamos a tener cloacas corriendo frente a nuestras casas. Una cloaca a cielo abierto”, remarcan.

En busca de soluciones el grupo de vecinos se reunió con representantes de la Dirección Provincial de Vialidad y del municipio, pero no obtuvieron ninguna respuesta que los tranquilizara. “Esto ya está decidido” aseguran los vecinos que fue la lapidaria conclusión recibida por parte de los funcionarios. Ante esta falta de comprensión, la comunidad ya presentó reclamos ante la Fiscalía de Estado y ante el Mecanismo Independiente de Consulta e Investigación (MICI) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), organismo que financia parcialmente la obra.

La frase oficial recibida resume el choque entre la obra y quienes la padecerán en primera persona. “Nos dicen que con un muro y una rampa para entrar con el auto a nuestras casas se soluciona, pero no entienden lo que vivimos. Estamos ofuscados, porque esto será terrible”, concluyen los vecinos, decididos a no bajar los brazos.

 

 

¿Qué dicen las instituciones?

La obra mencionada forma parte del proyecto “Mejora del Corredor de la RP N° 82 – Tramo II”, licitado y ejecutado por la Dirección Provincial de Vialidad (DPV), a través de la empresa Paolini Hnos. S.A.

Desde el municipio aseguran que han pedido más garantías para los vecinos: solicitaron a Vialidad medidas de protección urbana para evitar que los futuros caudales pluviales perjudiquen a los frentistas. Entre las acciones que sugirieron se incluyen rampas, cordones y defensas pluvioaluvionales, todas ellas en base a los estudios hidrológicos que presentó la empresa Paolini.

En abril de 2025, la comuna requirió la elaboración de un Estudio Hidrológico con un Tiempo de Recurrencia de 10 años, que arrojó como resultado un caudal máximo de 10,3 m³/s sobre calle Malvinas. Más tarde, Paolini entregó documentación complementaria sobre accesos frentistas y el Municipio otorgó conformidad parcial a las medidas propuestas.

Sin embargo, las autoridades locales advirtieron varios puntos críticos: el estudio aprobado no contempla un cuenco disipador ni un dispositivo hidráulico equivalente que permita reducir la velocidad del agua, condición clave para evitar erosión en la descarga, ya que la falta de este diseño podría generar piletones de agua estancada, con residuos, malos olores y riesgo sanitario por proliferación de insectos. Además, insiste en que se deben incorporar obras de mitigación adicionales, como cordones de mayor altura y la colocación de protecciones en accesos vehiculares. Algo así como las “rampas” que resisten los vecinos para ingresar a sus viviendas. Otro aspecto fundamental que exige la institución municipal es que ninguna vivienda quede por debajo del nivel de inundación calculado, protegiendo así la seguridad hídrica de la zona.

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