Era flaquito y menudo, de andar liviano, de dulce cantar y de sonrisa cálida.
Con su voz de tenor fue un pilar en el coro de nuestra comunidad. ¡Cómo sufríamos cuando se acercaba la hora de cantar en alguna actuación y él no estaba! pero al fin siempre llegaba. Nos decía “no me mensajeen todos a la vez, si dije que voy, voy”.
Pero quiso la vida llevarlo a un lugar más tranquilo donde alegrar su tristeza. Porque sí. Últimamente se lo veía triste. Pero por discreción y prudencia nunca se quejaba.
Este año cantamos, por última vez con él, Villancicos en vísperas de Navidad acompañados de niños, entre los que estaban sus “tesoros”, sus niñitas.
Ariel, has dejado un vacío en este tu coro Chacras Canta y sabemos, como dice la canción, “que no lo podrá llenar la llegada de otro amigo”.
Mucho te gustaba cantar por eso estamos seguros de que lo seguirás haciendo junto a los ángeles.
Tus compañeros de coro vamos a extrañarte mucho.

