No quemar hojas secas: es altamente contaminante para el medio ambiente y para la salud –especialmente de los niños-, ya que debilita el sistema inmunológico. Es mejor juntarlas y aprovecharlas como nutriente para el suelo. Al igual que el material seco del jardín son una valiosa fuente de materia orgánica. Puede agregarlas al compost o utilizarlas para proteger el suelo o alrededor de los tallos de las plantas, ya que lo conserva húmedo, suelto, lo resguarda de las heladas y lo mantiene libre de yuyos.
No a la gripe: Con el frío a la vuelta de la esquina, la mejor manera de mantener la gripe lejos es pasar buena cantidad de tiempo al aire libre, hacer ejercicio, salir a caminar, andar en bici. El oxígeno que así acumulamos aumenta el poder de nuestro sistema inmune y además nos pone alegres. Por lo mismo, hay que mantener la casa y habitaciones aireadas. Por último, lavarse las manos con frecuencia, especialmente los niños.
Bienvenida melancolía: el otoño es una época de cambios emocionales, ideales para la búsqueda de la paz y el trabajo interior de nosotros mismos. Para eso es bueno disfrutar de las pequeñas cosas que nos dan placer y sentido a nuestra vida.


