La vida en nuestro pueblo construye y despide personajes constantemente. Son de carne y hueso pero se vuelven emblemáticos por el toque mágico del lugar.
Todos los días, apenas pasadas las 8 de la mañana el pueblo despierta de su nocturno descanso y un ajetreo de personas se movilizan por las calles y veredas.
Del ómnibus local, que aparece por detrás de la plaza, descienden como hormiguitas hacendosas, jóvenes empleadas domésticas cargadas con un infaltable bolso negro. El color mayoritario parece convertirse en algo distintivo.
Al mismo tiempo, un tránsito inusual, el de viejos autos con albañiles y herramientas, se dirige a las muchas obras en construcción que la explosión demográfica en el pueblo, ha originado.
Mientras tanto, jóvenes alumnos de una querida escuela Teresa O’Connor y de la secundaria Francisco Correas, se desplazan, sin apuro, no muy convencidos, hacia las puertas de entrada de los dos edificios escolares.
Hay perros callejeros cruzando la plaza. Se congregan alrededor del puesto de diarios y revistas Correveidile, sumando algarabía al despertar mañanero. Mueven las colas felices al recibir las tortitas del café con que Gloria los alimenta.
Muy pronto aparece Perla con su termo, su canasta, su inquebrantable voluntad de trabajo y comienza la tertulia con su amiga, disfrute diario entre periódicos, revistas, libros y cuentos plenos de color.
Pero esta mañana hay algo en el rostro de Perla que nos recuerda el poema de José Luis Bernardez, “estar enamorado es encontrar el nombre justo de la Vida, es dar al fin con la palabra que para hacer frente a la muerte se precisa”.
Sí, sólo el Amor puede transformar en Alegría pura el laborioso trajinar mañanero y es precisamente esto lo que ha acontecido.
Pronto tal vez, no la veremos en el kiosco Correveidile, como parte del despertar del pueblo.
La Vida ha rozado su hombro izquierdo y la empuja a una vivencia nueva, como el roce del Àngel de la Guarda, protector, justiciero, milagroso, como el príncipe en busca de la princesa.
Gloria, sus clientes, el kiosco la extrañarán, la extrañaremos.
El cuento de Cenicienta se cuela una vez más en el lugar.
Un mágico reloj volverá a marcar las 12 y llevará a nuestra cafetera a la Tierra del Amor.
El Amor, el fruto del esfuerzo, una creatividad constructora a ultranza, se llevarán el color y esta historia del café con un final feliz, a otra parte.
Pero Chacras, siempre seguirá albergando personajes como el de Perla, que parecen afirmar el triunfo del optimismo, la policromía del lugar, el valor de los sueños realizados, el coraje de vivir en libertad, abriendo las puertas del ASOMBRO, para preparar el escenario y la pronta entrada de la siguiente creación que el pueblo no cesa de crear.
Onelia Cobos
Perla,FELICITACIONES!! y que tengas toda la suerte del mundo….no sé a que sitio de España vienes…pero por ahi el destino nos cruza otra vez…yo estoy en Alicante…..cerca de donde vivia tu hermano..buen viaje…
Silvia,vecina de calle Alzaga