Corría el año 1978 y en Argentina se jugaba el Mundial 78, que la única alegría que nos trajo fue la Copa. Eran los años tristes y oscuros de la más sangrienta dictadura militar de todas las que soportó nuestro país.
En Mendoza, una de las sedes además de Córdoba, Rosario y Mar del Plata, se instaló la selección holandesa, conocida como «La Naranja Mecánica» desde el anterior Mundial jugado en Alemania cuando obtuvo el subcampeonato. Su astro máximo, Johan Cruyff, había renunciado seis meses antes en desacuerdo por la dictadura argentina.
Instalados en el Hotel Potrerillos, los periodistas acudían allí para entrevistar al plantel. Entre ellos, viajaba nuestro querido vecino Eduardo Ferrer, quien por aquellos años mozos trabajaba como intérprete exclusivo de Editorial Atlántida, especialmente para El Gráfico –tradicional revista deportiva de nuestro país-.
Ruud Krol, uno de los jugadores emblemáticos de la selección holandesa, charla con José Félix Suárez –periodista- y Eduardo Ferrer –grabando- en la concentración en Potrerillos.


