Los 50 años del Ianigla
Fue el pasado verano. Y entre los festejos , esta Institución ha organizado charlas y otros eventos. Una de esas charlas se realizó en el hermoso Museo Fader uniendo ciencia y arte. La majestuosidad de los pinturas contribuyó definitivamente a crear un momento muy especial donde una mesa académica de tres maestros: Daniel Cobos, José Boninsegna y Lidia Espizua rememoraron los comienzos, triunfos y avatares de la institucion.
Institución particularmente querida por sus componentes.
El escenario del Ianigla es la montaña, la nieve, el hielo, los glaciares, el secano, el oasis y el elemento líquido imprescindible de la Vida, el Agua.
Las tempranas sequías de los dos últimos siglos, la observación del retroceso de los glaciares, la pérdida de masa del hielo hizo comprender la urgente necesidad de investigar científicamente las causales de estos comportamientos para poder producir posibles soluciones.
Desde 1972, el Instituto trabajó con la magia de este paisaje explorando el pasado de los ecosistemas, los cambios climáticos, los ciclos anteriores, los anillos de los árboles, con los glaciares, verdaderos guardianes del agua dulce, fundamentales para la Vida en la Tierra.
Como todo paisaje juglaresco la Institución fue penetrada por historias de vida de algunos de sus componentes configurando escenas como las que hoy celebramos.
Estos viejos maestros, baluartes en la institución , hoy conforman una mesa académica con el increíble regalo de vida de haber crecido juntos simbióticamente integrados por los mismos intereses en un pueblo, Chacras de Coria, donde pudieron desarrollar la exploración de los elementos amados que los vieron volverse adultos.
Pepe, ingeniero agrónomo, Daniel geógrafo, ambos investigadores por excelencia, jugaron desde niños en la bodega y la fábrica de aceite que estaba pegada en la parte de atrás de la casa de la familia Boninsegna, los padres de Pepe.
Cuando niños no sospechaban que vivirían dos enormes crecidas, tal vez por el 1959 o dos años antes. La primera fue tan grande que destruyó la casa habitacional de la familia Boninsegna a la que hubo que derrumbar y Pepe y su familia tuvieron que irse a vivir con Tía Margarita.
Tía Margarita o “la dama de las flores”, que hicieran de ella y la calle Larrea el lugar de los miles colores en cada primavera, es figura icónica del pasado del lugar, lugar de crecidas o crecientes veraniegas cuando el agua jugó un papel esencial en la configuración del medio pero también permitió el estallido y la construcción de infinitas flores en jardines y pasajes.
El Agua enmarcó siempre la vida de estos dos amigos que amaron escalar las montañas, las salidas de campo, la flora y fauna, el recorrido marrón en acequias saciadoras de la sed hídrica de los viñedos y arboledas.
No podrían haber estado en un mejor lugar que esta institución, IANIGLA, dos seres que la Vida premió con una amistad longeva, coronándola con el homenaje de la investigación destacada de todo aquello que han Amado en el trabajo conjunto de la Institución.
Chacras de Coria es parte del Asombro de un área especialmente energética, microclima incluido.
Ese Asombro ha cobijado vecinos singulares, diferentes a los convencionales.
Esta celebración ha rescatado y puesto en memoria la simbiosis espiritual de dos almas entrañablemente unidas a la presencia del Agua, la montaña, el glaciar… para su estudio y veneración.
Por Onelia Cobos