Apapacho: arquitectura para una cocina autóctona
Por Adriana Sayavedra
Un lugar ecléctico, nacido en el año 2007, de impronta criolla pero con aires orientales y lineamientos del feng shuí. Asi es este restorán ubicado sobre la bella calle Guardia Vieja que prontamente reabrirá su puertas. Digna de mostrarse, hacemos en esta edición un paneo previo sobre su impactante arquitectura.
Ya sobre la vereda, antes de entrar, llama la atención el viejo álamo que, cual guardián del rancho, nos va adelantando en qué lugar estamos. Al cruzar la puerta de entrada, la atracción visual que se siente ante tantos materiales nobles invade y moviliza los sentidos. Al ser concebido como lugar de cocina criolla, la arquitectura debía ser coherente con esto. Se recurrió entonces a materiales rústicos: elementos recuperados de demolición, pisos con guardas de madera de pinotea recuperada y adoquines de piedra natural. Incluso una gran cantidad de palos de álamo hachuelado que el dueño acopió en un momento, encontró aquí su gran destino.
Maderas, ladrillo, revoques de barro, juntos confluyeron para recrear una atmósfera gauchesca, cálida y muy rústica, intervenida por elementos de diseño para suavizar. «Se introdujeron algunas mariconeaditas para suavizar un estilo muy macho», explica claramente el arquitecto responsable de la obra, Guillermo Fara, para referirse a los muebles de líneas contemporáneas, a la iluminación de led -que recién comenzaba a utilizarse por aquellos años-, a los textiles y algunos detalles de la decoración que aportan cierta sutileza a un estilo «rústico muy agresivo, que a la gente no le gusta para vivir pero si para disfrutarlo en un restorán o en un bar».


El Feng Shui presente
Según cuenta el arquitecto Fara, a pedido del propietario toda la construcción debió adecuarse a un pacuá (plano de distribución de espacios según el feng shui), que es el que dicta hacia dónde se deben orientar las aberturas, por ejemplo, e incluye zonas que representen a cada uno de los cuatro elementos. La arquitectura requerida debía entonces representarlas y el arquitecto resolvió que el fuego sería la zona de la chimenea, el agua estaría representada por una fuente con cascada y acequia; el aire en la zona suspendida en el entrepiso, y la tierra, con la cava subterránea.

Elemento Tierra
La cava subterránea fue realizada con pupitres recuperados de una champañera. Ideada en un principio como espacio privado para el propietario y sus amigos, con el tiempo se abrió al público. Es un espacio para ocho personas al que se accede por una escalera un tanto complicada para bajar, que nos va poniendo en clima. El quejido de la puerta al abrirse, el cordón que cuelga para encender la luz y el placer olfativo encendido al percibir el aroma de humedad que conserva el lugar, se suman para crear una atmósfera especial. Ya estamos listos y con el clima perfecto para disfrutar de un momento casi trascendental.

El techo es bajo, de correas de álamos hachuelados y bobedillas de ladrillos. Los muros son de ladrillo vitrificado. De características estéticas «muy pesadas» para generar una atmósfera «casi como de cueva», relata y se explaya Fara: «Era el reducto del dueño… la puerta hacía ruido al abrir… se consiguió una atmósfera muy agradable para reuniones». Contrastando con la rusticidad casi agresiva, muebles de líneas más femeninas, crean el contraste. La mesa fue diseñada por el mismo arquitecto Fara con materiales de demolición y vidrio, bajo el cual quedaron guardados como tesoros los corchos de las botellas que se tomaron en las reuniones previas, en las etapas de proyecto y de puesta a punto de la obra.

Elemento Fuego
La chimenea de adoquines de piedra preside y convoca en la zona de fuegos, obviamente. A su alrededor la madera de demolición se convierte en bancas que invitan a los presentes a acercarse a disfrutar del fuego.
Los trabajos de madera realizados por Mario Alvaro, dueño y creativo de Antiguos Portales y las paredes de ladrillos de boca de horno se imponen en el lugar como un signo más de la fuerte personalidad del restorán.
Elemento Agua
En la sala que corresponde al agua, según el pacuá del feng shuí que guió la construcción desde el principio, una fuente recibe el agua y a modo de acequia recorre la sala, cubierta con un vidrio.
Elemento Aire

La planta alta balconea al espacio central generando una agradable multiplicidad espacial entre planta alta y planta baja. Este primer piso suspendido representa el elemento aire.


