Historias de Chacras
Por Onelia Cobos
Pelo largo, guitarra en mano, haciendo prodigios con su armónica, Francisco Aníbal Franco había emigrado desde Junín, Buenos Aires, a Chacras cuando era muy joven todavía, junto a su esposa Chicha.
Desde entonces el Tiempo tuvo en el lugar un carismático representante.
Era el relojero y joyero.
Fascinación y embrujo residían en el taller de las incontables herramientas y piezas que usaba en su fina artesanía, permitiendo hacer andar nuevamente a viejos e increíbles relojes que, mágicamente, marcaban el paso de un devenir llamado TIEMPO, que en el lugar parecía detenido muchas veces porque reinaba el “sin prisa”.
En mi imaginación de niña, el acompasado fluir de la vida se negaba a ser marcado o atrapado por manecillas juguetonas que se columpiaban sobre los atrapadores números estáticos y pensaba que nadie usaba relojes en el pueblo.
Mi padre disfrutaba enormemente de las charlas con este hechicero del Tiempo, porque sus vastas lecturas le permitían compartir relatos increíbles de una bohemia contagiosa.
Adelantado a su época, sus intereses lo hicieron un espíritu abierto a la Vida y al conocimiento.
Tenía una dentadura perfecta. Era su propio dentista y confesó arreglar su boca con ¡¡poxipol!!
Memorioso, añoraba a veces el campo de Junín, donde habían hecho y aprendido mil faenas, hasta la fabricación del propio jabón.
Como joyero trabajó para Vendemmia, una casa de alto prestigio, que depositó su total confianza en quien se permitía viajar con joyas de mucho valor en el ómnibus local.
Éticamente se refugió en los valores del respeto al otro, la palabra dada, la honestidad y el cumplimiento del trabajo tomado.
Sus aranceles eran bajos y muchas veces no cobraba.
Su esposa Chicha, quien tiene 94 años actualmente, es sin duda la pieza más fina que resultó de su alianza de Amor y Familia.
Chicha acaba de crear y coser el vestido de fiesta de su bisnieta.
El trueque final que hizo el Sr. Franco con el Tiempo fue detener su memoria en el Pasado y frenar el paso de las frustraciones del siglo nuevo con sus antivalores y su velocidad desmedida.
Antes de partir, todos los relojes nuevos dejaron de funcionar.



Aníbal es mi cuñado supo cortarme el pelo cuando era niño, en las vacaciones solia ir a quedarme en su casa, su madre era mi madrina y «carrica» mi padrino hermano de doña Antonia,jugo al foobball en el club Origone de Agustin Roca los arqueros le temian por su formidable shott, jugaba de cinco en esa época se le decía «Centro ja»(centre half)solíamos ir a llevar arriando vacas a las ferias de junin de sus primos los Bissio y de don Chiquin (su padre)y otras personas todas las noches antes de cenar tocaba la guitarra y solia interpretar canciones, Gladys y Betti seguramente recordaran y lógicamente Chicha ,no Susana pues tenia meses cuando se trasladaron a Chacras,Onelia Cobos le agradesco este hermoso y merecido recuerdo un fuerte abrazo a mi hermana y todos sus familiares los quiero mucho estamos bien