En busca del pasado, uno de los caminos de la memoria.
La foto nos la envió el fotógrafo lujanino Carlos Cachilo Púrpura y muestra el viejo edificio, aún en pie, de la antigua propiedad de Paco y Antonia Buzón, en calle Viamonte y Medrano, casi enfrente de la Piedra Pintada del Fasulo.
El caballero que tan tranquilo mira al sudeste, manos en bolsillo, es
Para saber más sobre esta edificación le preguntamos a Cuca Agustín, vecina de la zona, quien se remonta a los tiempos de su infancia, sesenta años atrás, para traernos algunas anécdotas del lugar.
“Era una propiedad grande. En una ala don Paco y doña Antonia tenían un almacén que atendían con mucha simpatía. Eran muy buena gente. Con el tiempo su hija mayor también abrió una mercería adelante. Del otro lado tenían unas casitas contiguas unas de otras que alquilaban a otras familias o personas solas”, cuenta Cuca, quien recuerda entre ellos “a don Frani, a Leopoldo Muñoz” y especialmente a “las Zuloaga”, unas hermanas buenas para el baile, quienes “armaban bailongos todo el tiempo. Mi papá siempre se acercaba, porque era amigo de los padres, y mi mamá me mandaba que lo acompañara, así que yo iba chocha para allá”. Más porque allí también se encontraba con las hijas de Paco y Antonia: Pepa, Gabriela y la menor, Rocío, además de la recién nombrada Victoria.
