miércoles, octubre 29, 2025
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De Chacras a Grecia

Maratón Internacional

De Chacras a Grecia

A su regreso a Mendoza, después de haber participado junto a su mujer, en la 28ª. edición de la Maratón Internacional de Grecia, disputada en la capital Atenas el domingo 31 de octubre pasado, el atleta mendocino Pablo Matile, vecino del Willri, dialogó con Correveidile con la íntima satisfacción de haber completado el exigente recorrido de 42,195 metros, que es la distancia olímpica.

Por José Félix Suárez.

Pablo Matile y Adriana Davallópulos compartieron esta singular competencia con jerarquía internacional -al igual que las pruebas de 42,195 metros que anualmente se corren en New York, Chicago, Boston, Londres, Praga y Berlín- con 12.500 atletas de todo el mundo. Con emoción, Pablo nos contó también que luego de un supremo esfuerzo, tras siete largas horas de marcha -casi cinco horas después del ganador- ambos lograron completar el duro itinerario de pronunciadas pendientes.

Señaló Pablo que “desde el primer día que llegamos a Grecia nos trataron con seriedad y respeto, como verdaderos deportistas. Nos sorprendió la organización, que siempre resultó excelente, realmente perfecta. Teníamos un pase libre para todos los sistemas de transporte del Estado y la entrega de kits se realizó de manera ordenada y prolija. Recibimos las remeras de la carrera, botellas de bebidas isotónicas, parches fríos y calientes para tratar los posibles dolores musculares y eventuales lesiones, gel y todo lo necesario para una prueba de largo aliento. Durante tres días permanecimos en el Zappeión Megaro, la sede olímpica de los Juegos de Atenas de 1896, un vistoso edificio de 8 pisos de forma circular. El sábado 30 de octubre, un día antes de la carrera en la planicie de Marathona, donde se encuentra la tumba en forma de cúmulo en que descansan los restos de los 192 guerreros atenienses que murieron en aquella histórica batalla, se realizó la ceremonia inaugural. Fue muy emotiva porque se efectuó una representación teatral muy bonita y emotiva donde se emuló la epopeya del soldado Filípides y se encendió la llama oficial de la competencia que se trasladó al Panathinaikos Stadium, lugar de finalización del evento al día siguiente”.

La carrera

Pablo comentó que “el día de la prueba nos levantamos a las cuatro de la mañana y con Adriana verificamos todo lo necesario: nutrición, hidratación, las vendas, los relojes cardios y todo el equipo. Luego partimos en remis  rumbo a Evangelismos, en el centro de Atenas, una de las tres estaciones donde esperaban los micros especiales que nos trasladaron al lugar de la largada. Este viaje demora una hora y media y mientras viajábamos  veíamos a la derecha filas y filas de baños químicos y a la izquierda los doce camiones de la logística. Nos dividieron más tarde en 12 grupos o cajones de 1.000 atletas y nos tocó el número 6. Durante varios minutos entramos en calor y cuando lo estábamos haciendo nos entregaron un tapado de plástico para que no pasáramos frío. A las nueve en punto escuchamos el disparo de partida y salió el primer grupo y después el resto sucesivamente. Con Adriana estábamos muy bien preparados y nuestra única ilusión era llegar, completar el recorrido, que sabíamos era muy exigente”.

“Cada 2 kilómetros y medio nos daban agua, cada 5 bebidas isotónicas y cada 10 bananas, geles y barras, todo siempre dentro de una perfecta organización. Mientras continuábamos a buen ritmo veíamos al costado del camino a las unidades asistenciales que socorrían a los atletas acalambrados o con otros problemas físicos. A la altura del kilómetro 25, un poco más de la mitad del recorrido, en el tramo más duro y difícil porque se trataba de una pronunciada pendiente, vimos cientos de atletas desfallecientes, que ya no podían seguir. Pienso que con Adriana pusimos todo lo que teníamos, no solo fuerza y voluntad para poder continuar, sino también mucho espíritu e inteligencia para alcanzar la meta final. Lo conseguimos envueltos en una bandera argentina que nos habían alcanzado nuestros amigos de la Asociación Argentina en Grecia. En se momento no logramos evitar las lágrimas de agradecimiento y nos abrazamos conmovidos y plenos de felicidad. Entonces recordamos aquellas palabras de Filípides: “Nenikekamen” (“Hemos triunfado”). Nosotros también lo habíamos logrado”

Explicó finalmente que “apenas llegamos nos hicieron caminar unos 700 metros para ver si estábamos en buen estado, nos entregaron las medallas que habíamos ganado y nos trasladaron al centro del estadio donde había un hospital de campaña y varias carpas para alimentación, masajes e hidratación. Nos hicieron masajes y realizamos varios ejercicios de elongación. Por suerte en todo momento respondimos bien y nos felicitaron efusivamente. Habíamos participado en la Maratón Internacional de Grecia, 2.500 años después de la hazaña del soldado Filípides y nos sentíamos muy orgullosos y muy felices. Para ambos había resultado una experiencia inolvidable, única y maravillosa”.

El Ganador

El atleta de Kenia, Raymond Bett, de 26 años de edad, con un tiempo de 2 horas, 12 minutos y 40 segundos, se convirtió en el ganador de la tradicional maratón griega, superando en la arremetida final a su compatriota Jonathan Kosgei Kipkorir que terminó segundo. Tercero resultó Edwin Kimutai también de Kenia.  En damas la victoria correspondió a la lituana Rasa Drazdauskaite, de 29 años, con una marca de 2 horas, 31 minutos, 6 segundos. En caballeros el récord continúa en poder del italiano Stefano Baldini desde los Juegos Olímpicos de 2004 realizados en Atenas. Intervinieron 12.500 corredores, más de tres veces la cantidad usual, entre ellos 3.000 griegos.

La historia

La maratón es una prueba atlética de resistencia con categoría olímpica porque, en honor a la histórica gesta del mensajero Filípides, fue incluida en los Primeros Juegos Olímpicos de la Modernidad, con sede en Atenas en abril de 1896. Los Juegos fueron inaugurados por Pierre de Frédy –el barón de Couvertín-, segundo presidente del Comité Olímpico Internacional (1896-1925) y precursor de que en su época se recuperasen los juegos deportivos de la antigüedad. El primer ganador de la histórica maratón fue un pastor griego, Spiridon Louis, que era además un modesto vendedor de agua potable en las calles de Atenas y que tras su victoria se convirtió en héroe nacional en su país. Lo llamativo es que participó obligado por un superior cuando cumplía con el servicio militar sin el más mínimo entrenamiento deportivo y que antes de la prueba permaneció dos días en actitud de oración y ayuno.

En honor al buen Filípedes

Esta maratón fue organizada en homenaje a los 2.500 años de la épica hazaña del soldado ateniense Filípides, quien en el año 490 aC corrió 40 kilómetros desde la llanura de Marathón, donde se produjo la sangrienta batalla del mismo nombre, hasta Atenas para anunciar la victoria del ejército griego sobre los invasores persas. Tras comunicar a su pueblo la buena noticia, murió por cansancio.

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