Son muchas las disciplinas que asisten y ayudan al ser humano en la consecusión de
sus logros y objetivos; a encarar el desafío del desarrollo personal. El coaching es uno de ellas.
Consiste en un proceso creativo, estimulante e inspirador, que busca maximizar el
potencial de la persona y su calidad de vida. Se centra en la resolución de nuestros
conflictos en el presente.
La metodología del coaching ofrece una gran capacidad de asistencia en las distintas
esferas de la vida: dificultades con nuestros vínculos, familia, pareja, autoestima,
stress, vida laboral, sexual y social. Y lo que es más importante aún, lo hace sin juicios
sobre nuestra vida y valores.
Su origen
Coaching es la gestión eficiente de uno mismo, modificando las acciones y las
observaciones que tenemos sobre nuestro entorno y el coach es el socio colaborador en
ese proceso de cambio. La palabra «coach», de orígen húngaro, comparte raíz con «coche», análogamente el vehículo que transporta a las personas de un lugar a otro.
El coaching ha existido siempre, aunque como disciplina comenzó a sintetizarse en la
década del 70’ conjuntamente en Europa, Norteamérica y Latinoamérica. Como toda
asignatura del saber humano, se nutre de diversas ciencias y movimientos, especialmente la antropología, la ética, la filosofia del lenguaje, el existencialismo, la
biología, la sociología, el counseling, la fenomenología, el humanismo y el
management.
¿El coaching es para mí?
En empresas y organizaciones el coaching es una disciplina instalada y con amplia
trayectoria. Productividad, eficiencia, clima en las relaciones laborales y cumplimiento
de objetivos son sus metas típicas. En el campo del desarrollo personal suelen acudir
al coaching personas que buscan explorar su mundo interno, quienes se ven en un
dilema moral, emocional, quienes desean afrontar etapas de cambios, necesitan
discutir asuntos delicados en la confianza de un profesional, clarificar sus propósitos y
su sentido, potenciar su seguridad, superar limitaciones, vencer miedos o incorporar
herramientas para desarrollar mejores relaciones y lograr sus metas.
Claves de su metodología
Acción más que verbo
El diálogo es la herramienta de inicio, sin embargo en coaching no se habla por hablar,
su proceso no acaba en las palabras. Provoca cambios emocionales positivos, diseña
acciones, mide los resultados y celebra los éxitos. Adquiere una dimensión más
práctica que teórica, uniendo la acción a la reflexión.
Presente y futuro
El pasado nos ofrece pistas, pero en coaching es tomado sin protagonismo. A
diferencia de una psicoterapia, no excava sistemáticamente la memoria. Se trata de
una metodología centrada en el presente y orientada al futuro.
Agenda propia
Se suele trabajar con elementos multimedia, juegos vivenciales, técnicas,
ensayos y prácticas. El proceso sigue una agenda propia que el coach
mantiene y actualiza junto a él, siempre centrado en su necesidad. Una filosofía que
confía en la sabiduría de la persona y establece una relación horizontal de trabajo.
Integrar más que entender
El coaching asiste a integrar emociones, pensamientos, intuiciones, conciencia y demás esferas de nuestra vida con mirada amplia y fenomenológica.
Coaching no es terapia
No se trabaja con «pacientes» sino con personas que en distintas áreas de
su vida pueden sentirse desorientadas, angustiadas o simplemente insatisfechas.
Probablemente como comunidad requerimos de modelos de asistencia mucho más
humanos y existenciales antes que patológicos y clínicos. El coaching da su respuesta en estos casos, y es justamente ese aspecto práctico y concreto el que lo define como disciplina efectiva en resultados y soluciones tangibles que resultan en el desarrollo de la persona, no en su adaptación.
Coaching es el arte de diseñar la propia vida de acuerdo a nuestros objetivos, valores
y principios, con la premisa que no se puede dirigir el viento, pero sí acomodar las
velas…
Lic. Lisandro Mulena Galera
Especialista en Coaching – Terapeuta gestáltico

