miércoles, septiembre 10, 2025
InicioDestacadosRincón de Ciencia. Ácido hialurónico: tratamientos no quirúrgicos combinados en traumatología...

Rincón de Ciencia. Ácido hialurónico: tratamientos no quirúrgicos combinados en traumatología y ginecología

Rincón de Ciencia

 Ácido hialurónico: tratamientos no quirúrgicos combinados en traumatología y ginecología

 

Las terapias regenerativas están transformando la medicina moderna con alternativas menos invasivas frente a la cirugía. El ácido hialurónico (AH) destaca por su biocompatibilidad, poder hidratante, efecto antiinflamatorio y promoción de reparación tisular. Aplicado en traumatología y ginecología, permite un enfoque integral orientado a mejorar calidad de vida sin intervención quirúrgica.

En traumatología: articulaciones y dolor crónico

La artroscopia permite observación directa de una articulación mediante una mínima incisión, útil no solo para tratamiento definitivo sino con fines diagnósticos en aquellos pacientes que no pueden realizarse estudios complementarios, llámese resonancia (método diagnostico por antonomasia hoy en día) en, por ejemplo, pacientes con marcapasos.

Sirve para identificar y tratar múltiples lesiones, aún aquellas que no fueron diagnosticadas.

Una vez realizada una artroscopia tenemos un parámetro del estado de la articulación lo cual nos sirve para determinar en forma más precisa el uso del ácido hialurónico intraarticular.

El AH inyectado intra articularmente (visco suplementación) se usa ampliamente en artrosis de rodilla, cadera, hombro y también en pequeñas articulaciones, especialmente cuando los tratamientos convencionales no alivian el dolor o no se toleran bien  y se encuentran en un estadio precoz. Es importante recalcar que en artrosis severas el AH no cumple ninguna función y que el reemplazo protésico articular es el tratamiento de elección.

Su acción lubricante y amortiguadora reduce fricción mecánica, alivia inflamación y disminuye dolor, con efectos que suelen aparecer entre las 4 y 8 semanas y pueden durar hasta seis meses o más. En ciertos casos, se repiten ciclos semestrales y se observan beneficios acumulativos a largo plazo.

Estudios clínicos muestran que el AH de alto peso molecular proporciona una mayor reducción del dolor y mejor funcionalidad que formas de menor peso molecular.

Es útil también en el tratamiento del dolor crónico articular, ya sea debido a micro lesiones, sobrecarga o lesiones degenerativas, ya que su efecto antiinflamatorio modulador del entorno articular puede mejorar significativamente los síntomas.

Combinado con fisioterapia o ejercicio terapéutico, su eficacia mejora aún más: una revisión muestra que actores físicos sumados al AH contribuyen a mayor alivio en dolor, discapacidad y calidad de vida.

En ginecología: salud pélvica y dolor crónico en pelvis

En procedimientos ginecológicos como histeroscopias, curetajes o miomectomías, la instilación o aplicación de AH en cavidad uterina reduce significativamente la formación de adherencias intrauterinas, mejorando potencial reproductivo y salud mucosa.

El AH intravesical (con o sin toxina botulínica A) ha mostrado eficacia en síndrome de vejiga dolorosa/intersticial, reduciendo de manera notable la intensidad del dolor pélvico crónico y mejorando la calidad de vida tras varios meses de tratamiento.

Para síndrome genitourinario de la menopausia (GSM) o atrofia vaginal, el AH tópico e inyectable mejora hidratación, grosor mucoso y función sexual sin necesidad de hormonas. Es además un buen agente de relleno para tratamiento de incontinencia de orina de esfuerzo leve.

 Integración entre traumatología y ginecología: enfoque multidisciplinario

 

Mecanismo regenerativo común

El AH retiene agua, nutre tejidos y actúa como soporte biológico que promueve migración celular, síntesis de colágeno y reparación de matriz extracelular. En articulaciones favorece lubricación y regeneración del cartílago; en tejidos pélvicos y mucosos facilita cicatrización y apoyo estructural sin efectos hormonales.

Combinado con terapias basadas en energía, como láser y radiofrecuencia, se potencia la regeneración celular, mejora de elasticidad, vascularización y capacidades funcionales del tejido.

Seguridad y tolerabilidad

El perfil de seguridad del AH es excelente: las reacciones adversas son locales, leves y autolimitadas. No tiene efectos sistémicos significativos, apto también para mujeres con contraindicaciones hormonales o con comorbilidades que predispongan a riesgos con fármacos antiinflamatorios tradicionales.

En pacientes con diabetes, el AH no eleva glucosa, a diferencia de corticoides.

Coordinación clínica: protocolos conjuntos

Tratamientos personalizados: mujeres con artrosis pélvica (por ejemplo, cadera o sacroilíaca) y síntomas ginecológicos como atrofia o dolor pélvico crónico pueden recibir tratamientos sinérgicos de AH que abarcan ambos campos, reduciendo consultas múltiples y optimizando resultados.

Seguimiento conjunto: el traumatólogo evalúa dolor articular, función, movilidad; la ginecóloga mide grosor mucoso, función sexual, adherencias o síntomas del tracto urinario. Esa interconexión permite valorar de forma integral la respuesta regenerativa sistémica.

Educación compartida al paciente: explicar los beneficios de un producto natural, regenerativo, no hormonal, duración esperada del efecto (3–6 meses, según localización), necesidad de repetir ciclos y cómo se combina con láser terapéutico para complementar el efecto del AH en tejidos específicos.

El efecto del AH es temporal y suele requerir nuevos ciclos de inyección a los seis meses aproximadamente.

La respuesta puede variar según paciente.

Conclusión DESTACADO

El ácido hialurónico representa una opción no quirúrgica, segura y efectiva para manejar condiciones de dolor crónico articular y pélvico, artrosis y adherencias, con beneficios regenerativos compartidos entre traumatología y ginecología. La coordinación entre ambas especialidades, combinada con terapias energéticas como el láser, ofrece un enfoque integral, multidimensional y centrado en el bienestar global de la paciente. Este modelo colaborativo optimiza resultados, reduce riesgos y beneficia especialmente a quienes buscan tratamientos alternativos a la cirugía o a terapias hormonales.

Artículo anterior
Artículo siguiente

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Must Read

spot_img