Producción orgánica
El emprendimiento El peregrino orgánico, viene creciendo sin prisa y sin pausa, desde que sus fundadores, la familia Pereyra, se instaló en el Valle de Uco.
Hasta allá llegaron hace más de quince años, cuando compraron la finca de manzana en el KM 92 del la Ruta al Manzano Histórico, en Vista Flores.
Cuando se instalaron, sólo había manzanos. Por lo que entre todos emprendieron la construcción de la casa familiar y el galpón con la firme idea de concretar el sueño de vivir en el campo y producir de manera ecológica, respetuosa del entorno. Y es que el poder disfrutar de “la maravillosa vista a la cordillera cada mañana, el agua cristalina que baja desde el Manzano Histórico para el riego de la finca y las gentes vecinas, que en su manera sencilla nos dieron calurosa bienvenida” calaron hondo en los anhelos de esta linda familia de peregrinos.
A pesar de las dificultades de los primeros años, en que tuvieron que aprender desde trabajar la tierra hasta construir sus hogares e instalaciones, la finca siempre los sustentó: “Cuando llegamos, sacábamos cajas de manzanas a la ruta además de los dulces y chimichurris que mi mamá preparaba, y los turistas se paraban a comprar”, cuenta
Así fueron aprendiendo a cultivar sin productos químicos, a aprovechar mejor el agua, a mejorar el suelo, cómo restaurar biodiversidad para obtener la colaboración de los insectos en el manejo de plagas, etc. También se perfeccionaron en la construcción de forma natural, con los materiales que brinda la zona y a reciclar otros para darles una segunda oportunidad de servir.
Así llegaron a instalar a la entrada de su finca el local de venta de lo producido “El Almacén Natural”, totalmente construido con tierra. Allí podemos encontrar frutas, verduras frescas, hierbas aromáticas, todo orgánico y recién cosechado. Además conservas, frutas secas, jugos de frutas y condimentos producidos artesanalmente.
Tarta de frutas del Peregrino
¡Deliciosa Vida!
La “Raw Food” o “Life Food” es una tendencia que llega con fuerza desde el Norte del mundo y hace furor en Buenos Aires. Bares, cafés y restoranes gourmet incluyen creaciones exclusivas a partir de productos orgánicos de alta calidad…
Este tipo de “cocina “ utiliza sólo ingredientes en su estado natural, esto es, crudos y de origen orgánico. Su arte reside en saber combinar frutos, verduras, hierbas y semillas para obtener deliciosos sabores, satisfacer el apetito y nutrir en la más pura y natural de las formas, ya que es en las frutas y hortalizas crudas, en las semillas y productos de la abeja donde obtenemos la Energía Vital, como así también vitaminas, minerales y proteínas de la más alta calidad. El proceso de digestión es mucho más liviano y se evitan los estados de acidez, pesadez, etc., que nos producen malestar.
En un tiempo en el que el stress y el ritmo de vida nos agota, incluir preparaciones crudas de forma placentera en nuestra dieta es una buena manera de aprovechar la energía presente en la Naturaleza.
Esta comida, además, puede ser deliciosa. Y como bien dice el dicho, para muestras basta un botón, vayan estas recetas para comprobarlo.
Postre de Frutas y Semillas
Ingredientes
Para la “Masa”:
200 grs de almendras peladas
100 grs de semillas de sésamo
200 grs de semillas de girasol pelado
Miel blanda en cantidad necesaria
Para el relleno:
Es posible hacer el relleno con cualquier combinación de frutas de estación.
En este caso ocupamos frutillas, frambuesas o moras, duraznos amarillos y peras bien maduros. Además de almendras picadas y granos de uvas.
Preparación
Masa: Las semillas y las almendras se muelen juntas en la procesadora o molinillo para café hasta obtener una textura fina, como de harina.
Todavía en la procesadora se agrega de a poco a esta mezcla la miel en cantidad necesaria y se procesa hasta obtener una bola con todos los ingredientes.
La pasta obtenida se saca de la máquina y se “amasa” un poco con los dedos para sentir la consistencia, que debe ser más bien seca y pegajosa, como la de una masa dulce para tartas.
Elegimos el plato o tartera donde vamos a presentar el postre -de preferencia redondo u ovalado con un pequeño borde- y, sin necesidad de aceitar ni enmantecar, vamos colocando la “masa” adentro, en trozos y esparciéndola y uniéndola con los dedos hasta cubrir totalmente la superficie de la fuente con un grosor parejo de no más de 1 cm.
En las orillas se debe hacer el reborde como si fuera una masa para tarta.
Enfriar en la heladera por media hora para que la miel endurezca la preparación.
Una vez que la masa está fría, procesamos las frutillas sin agua ni azúcar, sólo con unas gotas de vainilla. Nos debe quedar una crema suave y dulce con la que vamos a rellenar la “masa” en un espesor aproximado de medio centímetro.
Sobre la crema colocamos en el centro del plato un pequeño círculo de almendras picadas, que vamos a rodear de finas rodajas de peras previamente peladas y, en la línea siguiente, rodajas de duraznos, terminando todo el borde de la fuente con un rosario de granos de uvas
Y…! ya está! Sin horno ni cocina, este postre se enfría en la heladera por una hora mínimo y se sirve acompañado con jugo de naranjas o de frambuesas.*
*O con un rico vinito cosecha tardía, sugerimos desde la Redacción.

