Le decían el Oso Cremaschi, parecía un oso, uno de dibujitos, enorme, lento, bonachón. Lo conocí apenas me mudé a Chacras de Coria.
Tuvo la mejor de las gentilezas, me mostró su mundo, el Parque las Colinas.
Una colina forestada, hacen cien años, dicen, por Thays, él la transformó en el barrio más bello de Mendoza, sin dudas.
Arquitecto, hizo su casa, un gran barco navegando en el bosque, con un puente mágico de porcelanas pequeñas y un árbol en el medio.
Era hombre de los detalles, mostrarme las altas araucarias o los nidos de colibrí.
Es posible que los hombres así, que atienden la magia, cada tanto tropiecen con la vida común.
Qué pena, se murió.
Luis Jait

